IABITI – SAN JUAN DE GAZTELUGATXE

Desde el Agroturismo Iabiti-Aurrekoa y a unos 30 km. (aprox. 33 min. en coche) encontramos unos de los iconos mas característicos de Bizkaia, la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. 

 DSC_19490001 San Juan de Gaztelugatxe es un tómbolo cuyo estrecho istmo pedregoso está ocupado por un viejo puente de recorrido sinuoso; visualmente tiene toda la apariencia de una isla, y así la consideran los paisanos pescadores de la Busturialdea bermeana. Está situada en la costa vizcaína y pertenece al municipio de Bermeo, en el País Vasco. Sobre la isla hay una ermita, dedicada a San Juan, que data del siglo X, aunque algunos descubrimientos datan del siglo IX. Junto con otra pequeña isla vecina, la de Aqueche, forma un biotopo protegido, que se extiende desde la localidad de Bakio hasta el cabo Machichaco, en el golfo de Vizcaya.

Para visitarla se puede estacionar el automóvil en una pequeña explanada con varias plazas de aparcamiento. Una vez se inicia la ascensión, se aprecian las sucesivas paradas de lo que parece un Viacrucis. Desde arriba las vistas de los acantilados y de la costa son fascinantes.

La mejor época para visitarlo es la primavera o el otoño y así disfrutar de la paz del lugar. En verano suele estar muy concurrido.


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Etimológicamente la palabra gaztelugatxe puede provenir de gaztelu = "castillo" y aitz = "roca" o "peña", es decir "peña del castillo". Si gatxe hiciera referencia a "malo" entonces sería "castillo malo".

El acceso es espectacular. Un estrecho camino que parte de tierra firme y cruza sobre las rocas por un puente de piedra permite llegar hasta la zona superior del islote después de ascender 237 escalones, aunque según otras fuentes son 229 o 231.

A la tradición de subir y tocar trece veces la campana para pedir un deseo o ahuyentar a los malos espíritus se unen otras más. Los barcos de pesca bermeanos cuando salen a faenar suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte. Las mujeres que sufren algún problema relacionado con la fertilidad suelen acudir a este lugar en la creencia que el Santo les ayudará a solventar dicho problema. A los huecos de las escaleras, identificados como las huellas de San Juan, se les otorga diferentes poderes curativos, para beneficiarse de los mismos hay que meter los pies en ellos buscando que curen los callos o se dejan sombreros, pañuelos o chapelas para curar el dolor de cabeza.

La tradición cuenta que San Juan Bautista llegó a tocar tierra en este punto de la costa vasca dejando sus huellas marcadas en la roca en cuatro lugares diferentes: en el arco de San Juan en el propio casco urbano de Bermeo, junto al caserío Itsasalde, en el alto de Burgoa y finalmente junto al caserío de Ermu, esta colocada en 1982. Cuenta también que en las cuevas del peñón la inquisición encerraba a los acusados de brujería.